Lo azul es la utopía, lo idílico; lo naranja, el fuego, el
sol, la revolución.
¿Utopía o revolución, armonía o cambio?
Dos caras opuestas de una misma moneda, dos conceptos separados por una fina
línea de injusticia y disconformidad; pero con una misma razón de ser, el
sentir social.
En boca de Anatole France: ¨La utopía
es el principio de todo progreso y el diseño de un provenir mejor¨. Con ello,
el premio nobel de literatura pretende transmitirnos que la búsqueda de lo
irrealizable e imposible nos permite avanzar, descubrir nuevos caminos,
distintas formas de pensar. El deseo de un plan ideal incita a mentes revolucionarias, con
ansias de cambio hacia un mundo más justo y más pacífico; hacia la verdad.
La improbabilidad de la utopía nace de
la presencia del mal en el mundo, de la imperfección humana, de su limitación. El
hombre es un ser social por naturaleza que necesita de los demás para
realizarse y tiene la necesidad innata de buscar un sentido a su vida y alcanzar
la felicidad.
¿Podríamos vivir sin sueños, sin ambiciones, sin
metas; en definitiva, sin un fin por el que luchar, sin una utopía que nos
lleve más allá de la revolución?
Fernando Zandio Orcoyen
Colegio Irabia-Izaga